Con este articulo no pretendo hacer un discurso de que la penetración y el orgasmo no son importantes, pues si lo son. El problema radica en cuando se convierten en un requisito imprescindible para disfrutar del sexo. Cuando hay alguna causa que dificulta la penetración, por la frustración que genera, y cuando no la hay, por el abanico tan reducido de formas de entender el placer que se tienen.
Tanto en heterosexuales como en homosexuales, las relaciones sexuales giran en torno a la penetración. Follar es penetrar, por lo que si no se penetra no se folla. Este error de concepto desemboca en que las relaciones sexuales deben tener unas secuencias determinadas, donde los objetivos del sexo son penetrar y llegar al orgasmo. Salirse del guión implica que no has follado o que no se ha disfrutado de manera plena.
Bien, pues todo esto es falso. El sentido del sexo en el ser humano es fundamentalmente hedonista, donde el objetivo no es otro que el placer, independientemente de los modos para obtenerlo. Disfrutar y pasarlo bien es el objetivo, y penetrar o llegar al orgasmo deberían ser posibles consecuencias. Consecuencias que si no llegan, no impliquen malestar o frustración. Pues ese malestar o frustración puede terminar produciendo una disfunción sexual.
La razón es bien sencilla: Si después de una relación sexual, no ha sido posible la penetración o el orgasmo, por diferentes casusas como un gatillazo, dolor durante la penetración, falta de lubricación, falta de dilatación de la vagina, no haber podido llegar al orgasmo, eyacular antes de lo deseado, etc ; el individuo lo vive con malestar, al no haber podido realizar lo que se supone que debería. Este malestar puede predisponer en una segunda relación sexual a que vuelva a ocurrir, ya que la persona irá con el miedo a que vuelva a pasar, con niveles de ansiedad altos, y pensando ¿Y si……..? La probabilidad de que vuelva a ocurrir aumenta, y si vuelve a ocurrir, con ello se va estableciendo de forma gradual, una disfunción sexual. Sólo por el miedo a cagarla, por el miedo a no cumplir con los objetivos socialmente establecidos de lo que es el sexo.
Una vez que existe ya una disfunción sexual masculina o femenina instaurada, los actores no saben qué hacer, se pierden pues no pueden penetrar, y esto les genera mucho malestar, y evitan situaciones donde pueda ocurrirles esto. Es decir, evitan el sexo, y cuando lo tienen lo pasan mal, incrementándose la probabilidad de terminar afectando al deseo sexual. Un despropósito motivado por la obsesión con la penetración y el orgasmo, pues el placer pasó a un tercer plano.
Si nos liberamos de esos fantasmas, si nos vamos a la cama con el único objetivo de pasarlo bien, sin más objetivos que ese, nos acercaremos a la autenticidad de lo que somos, sabremos qué hacer y cómo hacerlo, y dejaremos de leer en internet técnicas absurdas para hacer disfrutar más a nuestra pareja.
Folla para pasarlo bien, pues nos follamos con la piel. Folla como puedas, como sientas, como te guste, como te dejen, pero folla feliz